lunes, 8 de junio de 2009

La malaria

La malaria o paludismo es una enfermedad que la humanidad tiene la desgracia de conocer desde hace mucho tiempo, y que perdura en la lista de enfermedades curables que más muertes ocasionan.
Su nombre original, paludismo, proviene del latín, ya que fueron los médicos romanos los primeros en documentarla. Concretamente procede del vocablo latino -palus, que en castellano se traduce como pantano, ya que estas zonas son hábitat del parásito causante de la enfermedad.
El término utilizado ahora, malaria, tiene su origen posteriormente, durante la Edad Media, y procede del término italiano "mala aria", mal aire en castellano. Fue llamada así ya que entonces se consideraba cierta la teoría miasmática de la enfermedad, por la cual la causa de las enfermedades serían los aires pestilentes y las aguas impuras.
La malaria ocasiona la muerte de casi 3 millones de personas al año, igualándose con otras enfermedades como el Ébola y el SIDA. Buena parte de estas víctimas se localizan entre dos sectores de la población especialmente vulnerables a esta enfermedad: los niños de corta edad y las mujeres embarazadas. Por otra parte la enfermedad es contraída por alrededor de 400 millones de personas cada año, si bien como se puede observar la gran mayoría sobrevive.
La malaria siempre se ha localizado en climas tropicales, ya que es en esos climas donde el mosquito Anopheles tiene su hábitat. Así pues, la malaria es frecuente en África Central, en el sudeste asiático y en América del Sur. No obstante, el cambio climático está extendiendo hacia el norte y el sur las zonas de actuación del mosquito, y no se descarta que en algunos años haya casos de malaria en Europa o Estados Unidos.

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